El edificio fue construido en el siglo XVI, momento en el que se abre la nueva plaza en la que se ubica, siguiendo una tipología muy extendida en la época de edificios consistoriales con lonja, levantándose sobe un antiguo mercado previo (posiblemente, medieval).
De estilo renacentista, presenta elementos característicos de la arquitectura civil aragonesa como son la lonja, la fachada en ladrillo macizo o la galería superior de arquillos, rematado todo por un alero, también de ladrillo.
El edificio presenta un volumen macizo en su conjunto, aunque se ve aligerado visualmente por los arcos de medio punto que abren su lonja a la calle, y por el ladrillo usado en las dos plantas superiores, a diferencia de los grandes sillares de sus pilares, así como por los vanos abiertos en la fachada: balcones en el primer piso, y galería de arquillos en el segundo.
Pero si hay un elemento destacado es la lonja, con un pilar central y dos esbeltas columnas de fustes acanalados y capiteles jónicos. En la portada del arco de entrada al edificio se puede observar, en la dovela central, el escudo de la villa.
El edificio fue rehabilitado en la década de los 80, y declarado Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés, por Orden de 19 de septiembre de 2002, del Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Aragón. En la actualidad, su interior alberga en la primera planta las instalaciones municipales y la segunda planta alberga el archivo municipal.