Desde este espacio, donde abunda la vegetación típica de ribera, se puede acceder a través de una senda al río Alcanadre. Diferentes elementos naturales, como piedras o troncos, sirven de mobiliario, con el fin de disfrutar de una tarde de merienda, paseo o juegos.
El lugar es ideal para conectar con la naturaleza y disfrutar de momentos de esparcimiento, relajación y ocio. De forma puntual, también se desarrollan actividades como yoga o meditación, con o sin música. En su origen, entre olmos y chopos, fue un lugar utilizado para la celebración de bodas y banquetes, así como reuniones familiares y vecinales.
Las largas cañas de la zona han sido cortadas de forma tradicional por los músicos de toda la redolada para fabricar las pipetas de clarines, gaitas u oboes. El corte debe realizarse en la luna de la mengua de enero.