Se analizarán por radiocarbono dos piezas dentales de los restos de uno de los individuos enterrados en este asentamiento prehistórico.
La propuesta de investigación y datación de la necrópolis de ‘Peñetas de Manolo’, ubicada en el municipio de Sena, ha sido una de las elegidas para beneficiarse de la línea de ayudas a la investigación, con carácter anual y dotada de 50.000 euros, que pone en marcha el Instituto de Estudios Altoaragoneses de la Diputación Provincial de Huesca.
En el último año se han subvencionado un total de diez proyectos, con el objetivo de promover e impulsar estudios e investigaciones en diversas materias y que amplíen el conocimiento sobre la provincia oscense. El diputado de Cultura, Carlos Sampériz, ha subrayado la labor que se hace desde el Instituto de Estudios Altoaragoneses «de apoyo y de respaldo fundamental a los investigadores, cuestión que redunda en disponer de nuevos conocimientos sobre la provincia de Huesca».
El estudio de la necrópolis de Sena, que recibe el nombre de ‘Peñetas de Manolo’, está liderado por el arqueólogo Hugo Chautón y su objetivo es datar por radiocarbono dos piezas dentales de los restos de uno de los individuos enterrados en este yacimiento, donde confluyen restos de dos cementerios prehistóricos de diferente época.
De acuerdo a los trabajos de excavación realizados en 2016 y 2017, existe un cementerio visigodo del siglo V de nuestra era que fue instalado sobre una necrópolis anterior, de hace 3.000 años, adscrita a la cultura de Campos de Urnas, un rito importado de los pueblos centroeuropeos y que en la península ibérica se dio de manera casi exclusiva en el noroeste. Las dos piezas dentales, que van a ser datadas por radiocarbono, corresponderían a esta última necrópolis, donde los cuerpos eran incinerados y después, sus restos colocados en urnas. Precisamente, a través de las excavaciones ya realizadas, fueron halladas dos urnas y una tapadera.
Asimismo, y gracias a un equipo formado por expertos y voluntarios, llegaron a excavar un total de cinco tumbas «muy espectaculares, formadas por grandes losas y selladas por una cubierta monolítica también», apunta el arqueólogo. En una de esas tumbas, apareció una pieza «extraordinaria»: una cantimplora de madera conservada parcialmente que se encuentra expuesta en el Museo de Huesca y que ha sido estudiada por un equipo técnico de la Universidad de Zaragoza.
Como explica Chautón, «estas actuaciones suponen una nueva fase sobre los trabajos de investigación iniciados en 2017, con la que esperamos poder contar con una caracterización cronológica y cultural muy completa y precisa del conjunto, y por extensión del poblamiento altomedieval en la región».
Las aportaciones realizadas por el Instituto de Estudios Altoaragoneses «son relevantes en cuanto a transcendencia e investigación, ya que servirán para seguir avanzando en la parte de investigación, sirviendo para consolidar los conocimientos que hemos ido descubriendo», concluye Hugo Chautón.
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